Fuente: Infobae.com
El
abono fijo según los metros cuadrados de la vivienda está en vías de
extinción. Hoy, en el área metropolitana se coloca un medidor cada 10
minutos. Dejar que una canilla gotee, olvidar el grifo abierto o
desperdiciar el agua al baldear la vereda son hábitos que hay que
empezar a cambiar para que la tarifa no se vuelva impagable.
El derroche de agua de una canilla que gotea representa 46
litros al día, el flotante roto del inodoro 1200 litros y el desborde de
un tanque más de 2000 litros. Se trata de cifras
inimaginables, pero reales, que antes no se tenían en cuenta porque se
cobraba una tarifa fija, según el metro cuadrado de las viviendas. Pero
ahora, con la instalación de medidores en gran parte de Capital y en la
provincia de Buenos Aires es necesario empezar a cambiar los hábitos para que la factura no se vuelva impagable.
Desde 2016 a la fecha Aysa lleva instalados 121 mil medidores, lo que representa el 15% de los hogares. Según sus proyecciones, para 2023 estos equipos alcanzarán al 70%.
"El objetivo es que la gente tome conciencia de la importancia de
cuidar el agua y usar sólo lo necesario sin desperdiciar", indicaron a Infobae desde la empresa.
Actualmente, con la política implementada por el Gobierno de Mauricio Macri, Aysa ya no recibe dinero del Estado y la totalidad de la tarifa es abonada por el usuario. Con la última suba del servicio, que fue del 17% en enero, los usuarios residenciales pagan en promedio 1113 pesos por mes. Pero con la instalación de los medidores de agua esa tarifa puede variar en función del consumo.
En mayo se aplicará un aumento del 27% en las tarifas de agua
para los usuarios de Aysa, que abarca a la ciudad de Buenos Aires y 26
partidos bonaerenses. Se trata del segundo aumento del año (el primero
fue del 17% en enero).
La tarifa se mide por metros cúbicos (1.000 litros) y su valor promedio es de $40,93.
Pero "hay que tener en cuenta que los usuarios medidos cuentan con una
base de consumo libre de 164 litros diarios, que representan 5 metros
cúbicos por mes", precisaron desde Aysa.
Mientras que la Organización Mundial de la Salud considera que el gasto promedio de agua por habitante debe ser de 200 litros por día, en el área metropolitana se consumen 275 litros, casi un 40% más de lo estipulado.
Para hacer un uso responsable del agua y no gastar de más, distintas
ONG aconsejan evitar los baños de inmersión y optar por una ducha
rápida; revisar que no haya pérdidas en grifos o cañerías; utilizar el
lavarropas solo cuando tenga la carga completa; y no dejar correr el
agua de manera innecesaria.
"El porcentaje de ahorro dependerá de la magnitud de las pérdidas y derroches
que se supriman y de los hábitos de consumo habituales de cada usuario,
por lo que resulta muy difícil establecer el mismo", explicaron desde
Aysa. Pero a modo de ejemplo estimaron los siguientes costos aproximados
de distintos tipos de pérdidas y/o deficiencias:
- Cañerías picadas bajo tierra
- pierden 3.000 litros diarios y suman
- $3.648 mensuales.
- Tanque con deficiencia en el flotante
- derrocha 2.700 litros diarios, lo que se traduce en
- $2.947 al mes
- .
- Cañerías picadas en la pared e inodoros con deficiencias en el flotante
- pierden 1200 litros al día y se transforman en
- $1.473 mensuales.
- Canilla que gotea
- gasta 46 litros por día y le añade
- $56
- a la factura.
Para generar conciencia de los litros que se gastan por día al realizar
actividades y tareas cotidianas, el Ente Regulador del Agua y
Saneamiento (ERAS) divulgó un listado de consumos domésticos estimados
por artefacto:
- Lavarropas
- : 100 litros por ciclo
- Descarga del inodoro:
- 20 litros por vez
- Baño de inmersión:
- 200 litros
- Lavado de auto
- : 500 litros
- Lavado de rejilla
- : 30 litros
- Riego con manguera:
- 500 litros por hora
La instalación gratuita de medidores se extenderá al menos hasta abril de 2022. Después de esa fecha, cada usuario deberá abonar $520 más el costo de la instalación, el cual es variable según las características de la conexión.